EL HABITANTE
(Primera parte de un sueño)
Desde hace tiempo atrás,
el vacío entrañable de mi vida
ha sido ocupado por un habitante;
un ser que se alimenta
de mi alma entera
y bebe gota a gota la sangre
que corre por mis venas.
Amanece cada dia
postrado a mi lado,
en la habitación principal
de la casa de mis quimeras,
siendo el guardián de mis sueños
raptando mi subconsciente cada noche,
dejando mi cuerpo descansando
en un profundo letargo
donde nada ya me altera;
este habitante sin rostro,
protagonista de mis pensamientos
se ha posado frente a mi
y sortilegicamente va mutando su cuerpo,
convirtiéndose en un dragón, majestuoso y libre
bello como ningún otro ser
el cual acaricio lentamente,
con sublime admiración;
subo a su lomo frió
y juntos recorremos el vasto cielo,
donde las estrella
se estremecen a nuestro paso, protegiendo nuestro andar,
sin ninguna desavio,
mas bien con desvelo;
juntos vamos mi dragón y yo,
volando sin rumbo alguno
captando en la brisa,
un suave aroma a tierra húmeda,
que nos hipnotiza...
frente a nosotros un campo yermo,
de inigualable beldad,
bajamos hacia el
para admirar la grandeza
de este mundo que insita fraguar;
al instante de tocar la tierra,
el dragón vuelve a mutar;
el habitante ahora tiene un rostro...
el impacto de golpe me deja inerte,
pues ese rostro te pertenece...
has sido tu...
el que todo este tiempo camino a la par mis pasos,
el que me ha dejado sin aliento
cada vez que entras a mis sueños...
has sido tu...
el habitante misterioso,
el que robo mi vida , cuando la creí perdida...
siempre fuiste tu,
quien se mantuvo oculto
y hoy renaces ante mi, entregándome de ti lo mas valioso,
tu alma, tu esencia...
y por fin tu rostro,
que he de guardar fielmente,
porque siempre fuiste tu...
todo este tiempo tu...
mi tan amado intruso, mi amante...
mi habitante nocturno.
D.N.D.B 21 FEBRERO 2007
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